El liofilizador está constituido por tres partes, una cámara seca, un condensador y un sistema al vacío. Para liofilizar un producto, este debe ser previamente congelado, posteriormente introducido al liofilizador, con una temperatura menor de -40°C, en donde una bomba de vacío le reducirá la presión a la muestra. Una vez reducida la temperatura, el agua se congelará y bajará la presión, pasando de estado sólido a vapor, mediante la sublimación.
La liofilización es un proceso que ayuda a la obtención del café instantáneo, convirtiéndolo en gránulos solubles que al entrar en contacto con el agua adquieren nuevamente sus propiedades.